São Nicolau
De contorno triangular, la isla de São Nicolau impresiona y fascina al visitante por su encanto salvaje y contrastante: verdes montañas y áridos valles, en los que se concentra la mayor parte de la población. Regada por el río del que toma el nombre, el núcleo principal es Ribeira Brava. Una bella ciudad de calles estrechas y numerosas plazas, llena de jardines encantados y exquisitos palacios que nos hablan de su historia y su influencia colonial. La zona de Cachaço, Parco Nacional del monte Gordo, foco de atracción para turistas amantes de la naturaleza, de la tranquilidad y del senderismo, brinda al visitante la oportunidad de admirar un panorama extraordinario. Al pie del Monte Gordo, se halla el Valle de Faja en cuyos terraplenares se cultiva la papaya, el mango, la banana, el maíz y la patata. Merece la pena destacar la existencia de determinadas especies vegetales raras, tales como el Dragoeiro (Dracaena draco; nombre común en español entre otros varios, Drago) una especie amenazada que en São Nicolau se ha convertido en símbolo del país. En la costa meridional nos encontramos con Preguica, pequeño puerto de pescadores y lugar de destino interesante desde el cual podemos apreciar el paisaje del volcán "Caldeira". La vecina playa oscura de Galès invita a una pausa placentera para darse un buen baño. Siguiendo por la costa meridiano-occidental, llegamos a Taffarel, segunda población más importante por número de habitantes, famosa por sus playas negras. Digna de ser recordada entre ellas es la de Barril, sin por ello olvidar las hermosas playas blancas de Baixo Rocha, rincón exótico de esta parte de la isla. El camino entre mar y montañas nos lleva a la localidad de Ribeira da Prata, lugar donde se alza la Rocha Scribida, una roca imponente, solitaria y remota de origen desconocido, cuyas inscripciones de caracteres difíciles de descifrar han sido atribuidas a los primeros visitantes de la isla. Entre otros, los piratas.